Keret se nos ha venido arriba desde la chica de la nevera. Si alguien adicto al relato semi-absurdo, semi-cotidiano israelí, con toques metalietrarios y fantásticos no lo ha probado todavía, no sé a qué está esperando. Anda ya cerca de los "inesperados" de Dahl y con eso lo digo todo. Aceptando la premisa de que los compendios de cuentos deben ser irregulares per se, el conjunto consigue un sabor de boca positivo y homogéneo.
Recomendación: a gustosos de buenos relatos absurdos en vida cotidiana israelí.
NOTA DE PRÉSTAMO: Bingo. Compra amortizada.
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