
Agradable novela epistolar que combina humor y drama de forma solvente. Buena forma de acercarse-de puntillas, imagino- a los cinco años de ocupación alemana de las Islas del Canal con cuatro ingredientes bien mezclados: humor, guerra, amor y libros. Lo mejor: las carcajadas sueltas que provoca y lo peor, el final previsible (¿ñoño?) e idealización entusiasta del alter ego de la protagonista.
Recomendación: novela de evasión, a quienes quieren olvidarse dos días del Euribor, o sea, a cualquiera.
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