He disfrutado bastante de esta sátira implacable al mundo de la diplomacia política y sus gabinetes que se centra concretamente en el Ministerio de Exteriores francés en la época en la que se cocinaba la segunda guerra contra Irak y sus famosas e inexistentes armas de destrucción masiva. Lo que más me ha fascinado es la construcción del personaje del Ministro de Exteriores francés (trasunto de Dominique de Villepin, entiendo), tanto gráfica como psicológicamente. Fantástico. Tiene unos momentos de gloria que arrancan carcajadas. También consiguen imprimir a la lectura el estrés y la velocidad de aceleradora nuclear que tiene esta gente en su ¿vida? diaria.
Una vez más, debe de haber una película por ahí basada en el libro que yo no he visto.
Recomendación: a gustosos de sátira política, de corresponsales de prensa y relaciones internacionales. A aficionados a novela gráfica en general.
Una vez más, debe de haber una película por ahí basada en el libro que yo no he visto.
Recomendación: a gustosos de sátira política, de corresponsales de prensa y relaciones internacionales. A aficionados a novela gráfica en general.
No hay comentarios :
Publicar un comentario