• Miro al cielo impotente, de Misumi Kubo

Tienen ese momento raro los japoneses cuando se ponen dramáticos, hikikomoris y están hartos del mundo y callan y bajan los ojos y de repente se ponen a llorar -ellos también- y miran al cielo impotentes. Como en la primera parte del libro hay unos polvos explícitos (lo de follar disfrazados de personajes de anime es de mucho r-e-s-p-e-c-t y poco e-n-t-e-n-d-e-r) entre quinceañero y casada, la novela puede llevar a engaño y hacer creer al lector embalado que esto va a ser un no parar y de eso nada. Terminamos en un grupo de adolescentes japoneses -y aquí viene lo que más me ha llamado la atención- pobres; pasando hambre, en barrios chungos, con madres que mangan la pasta para largarse con su novio y al borde del fracaso escolar. Ergo novela coral a cinco voces sobre desgarros emocionales y desarraigos familiares en clase media-baja que rompe algún que otro cliché. Interesante y unas 10.000 veces mejor que el truñazo teenager aquel de Kyochi Katayama. 

Recomendación: a gustosos de historia carnal de adolescentes nipones que se lee en dos tardes. 

NOTA DE PRÉSTAMO: Lo amortizo porque va a rular por la familia, así que no puedo decir ni mú a Alex Pler, culpable de que lo comprara. 

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