• Lo que yo llamo olvido, de Laurent Mauvignier

Un tío entró en un súper de un centro comercial, cogió una cerveza, se la bebió, llegaron cuatro seguratas y le dieron de hostias hasta matarlo. Este hecho ocurrió en Lyon. Mauvignier realiza un ejercicio literario en toda regla recreando esos minutos (desde la víctima y desde los verdugos), por un lado, y repartiendo nuestras partes proporcionales de responsabilidad en el tinglado social que nos hemos montado, por otro. He dicho ejercicio porque estilísticamente tampoco defrauda, se trata de un monólogo que comienza in media res y no te deja respirar hasta la última palabra. Todo muy brutal (continente y contenido) pero no tanto como la motivación del relato. Apuntamos a Mauvignier en la lista de fichados. 

Recomendaciones: a quienes quieran probar relato sobre violencia (física y estructural, esta sí) por una lata de cerveza. Alucinante. 

NOTA DE PRÉSTAMO: capricho que me di ayer y que doy por amortizado.  

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