• Casa de muñecas, de Henrik Ibsen

Hacía tres olimpiadas de verano que no leía yo teatro, y eso que tuve una época en la que me puse en modo dramaturgia y podía ser realmente cansina con el género. No había catado a Ibsen y semejante error tenía que subsanarlo a lo grande e ir directamente a por su obra maestra... que es maestra precisamente por haber sido escrita en 1879, casi veinte años antes de acabar el S.XIX. Una mente preclara la de Ibsen. No tuvieron que lloverle mandobles ni nada, semejante reivindicación de la autonomía femenina en tamaña época. Sólo quiero recordar que cien años más tarde de escribir el buen hombre esto mi madre no tenía derecho a abrir una cuenta bancaria si no era con la firma de su marido. No es que hayamos vivido en una casa de muñecas, de  muñeca-hija a muñeca-esposa (qué tercer acto, "virgensanta")  es que hay machos que todavía se creen jugueteros.

Recomendación: a cualquiera que le guste el teatro y no haya leído a Ibsen todavía. A cualquiera con un poco de curiosidad hacia la historia de las mujeres. Especialmente apto para trabajar en talleres de teatro con la juventud actual.

NOTA DE PRÉSTAMO: La obra y la edición de Nórdica Libros llamaban al consumo a voz en cuello.

4 comentarios :

  1. Casualmente este verano he leído Brand, no hay nada más devastador que una historia nórdica cuando se propone serlo.
    De Nórdica también leí hace poco El festín de Babette, lo tenía en una antología de cuentos de Isak Dinesen pero al verlo me lo tuve que comprar. Qué maravilla de ediciones!

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  2. Yo tengo aparcada "La casa del mirador ciego" desde hace un año. Buena edición, estilo austero pero muy bien escrita... pero es precisamente la devastación de la infancia lo que me puede. A ver si me animo... Gracias por los comentarios, así da gusto. Un saludo.

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  3. :) por cierto, he visto en tu perfil de dónde eres... yo estudié por allá... y sí, periodismo, cuando no había periodismo en toooodas las ciudades de más de 5.000 habitantes.

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  4. Jajaja, bueno, yo tuve que ir AHÍ porque no había (y sigue sin haber) filología en la universidad pública... una "vergoooooña" sin parangón. ;-)

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