Vila se nos está haciendo mayor, no lo recordaba yo tan sabihondillo y de vuelta de todo. Mantiene el sentido del humor y los diálogos logrados en ambiente benemérito, pero la trama es floja por sí misma, si además la comparamos con anteriores del mismo autor (El lejano país de los estanques, la mejor) ésta se queda en mantillas. Sigue jugando Silva con la TSNR (Tensión Sexual No Resuelta) que a los demás nos tira más que un gormiti de última generación a un crío de primaria, mientras mete nuevos personajes. Además de la trama, poco currada, formalmente me han pitado dos cosas: la pedazo de digresión sobre Madrid y el fusilamiento exagerado de los clásicos, vamos que se le ha ido la mano con las citas. ¿Cinco años para esto? me decía quien me lo prestó. Yo no digo tanto, me alegro de haberme reecontrado con los personajes y la forma de escribir de este hombre, pero es cierto que esperaba más.
Recomendación: para seguidores de la serie Chamorro-Vila y fans de la novela negra casera.
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