• Espejos, de Eduardo Galeano.

Aunque es ensayo, la “dosificación” en pequeñas píldoras hace la lectura ágil, aunque OJO CON EL PRINCIPIO, QUE EMPIEZA FLOJO. Eso sí, cuando mejora, Eduardo Galeano se queda solo. Nos descubre la historia no contada en los otros libros, en especial sangra la historia de las mujeres, de los negros, de los homosexuales, de los pobres de la tierra. Para leerlo despacio, quizás combinado con otro libro, y luego dejarlo en la cabecera de la cama, para siempre.

Recomendación: a quien le guste mínimamente la historia. A quien quiera acercarse a la versión no oficial de la historia de la humanidad. A cualquiera que quiera saber.

NOTA DE PRÉSTAMO: Me lo compré después de leerlo. Es imprescindible.

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